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  • Foto del escritorJesús Ibarra

El bisabuelo que fue por el pan y nunca regresó

Actualizado: 30 jun 2020


Mi bisabuelo Miguel Hernández Maldonado nació en Guadalajara el 4 de octubre de 1898, hijo de don Felipe Hernández Hoyos y una de sus seis mujeres, doña Ignacia Maldonado. Cuando nació Miguel, doña Ignacia tenía ya dos hijos con don Felipe, Germán (nacido en 1891) y María Luisa (nacida en 1892).


Miguel, con sus hermanos Germán y María Luisa


Don Felipe tenía más hijos con otras mujeres. Según una anécdota familiar, cuando Miguel tenía un mes de nacido, su madre, doña Nachita, se quedó si leche, y don Felipe lo llevó con otra de sus mujeres, doña Petrita, que acababa de dar a luz una niña, Pellita, que además de ser su media hermana, se convirtió entonces en su hermana de leche. Fue siempre muy amigo de otro de sus medios hermanos, Mario Hernández Machain, que también era de su misma edad.


Miguel (primero de la izquierda), con sus hermanos y medios hermanos.


Aún no cumplía 20 años, cuando, el 29 de julio de 1918, Miguel, un joven muy bien parecido, se casó con mi bisabuela María Luisa Rodríguez Castanedo, nieta del héroe de la Guerra de Reforma en Juchipila, Zacatecas, don Brígido Rodríguez. María Luisa era once años mayor que él. Curiosamente, Marina, otra de las medias hermanas de Miguel, se casó con un hermano de María Luisa, Vicente Rodríguez Castanedo.


María Luisa Rodríguez Castanedo


Miguel y María Luisa se mudaron a vivir al número 144 de la calle de Uruguay en el centro de la Ciudad de México. El 22 de marzo de 1919 nació su primer hijo, mi abuelo Óscar Mario. Sin embargo, el matrimonio no era feliz. El carácter de María Luisa era muy difícil, y Miguel era un joven inquieto, guapo y quizás ansioso de aventura. El 10 de octubre de 1920 tuvieron otro hijo, mi tío Jorge.


Jorge y Óscar Mario


Habían pasado apenas unos meses desde el nacimiento de Jorge, cuando una noche, Miguel le dijo a María Luisa que iba por el pan, pero nunca volvió. El 8 de diciembre de 1920 cruzó la frontera con destino a Nueva York, en compañía de su hermano mayor Germán. Allá probó suerte como bailarín y como mago. Por su parte, María Luisa, con ayuda de su hermana Lola, sacó adelante a sus dos hijos y borró de su vida a Miguel para siempre, llegando a decir incluso que había muerto.


María Luisa y sus hijos



Miguel, en traje de charro


Algunos años después Miguel regresó a Guadalajara. Su hermano Germán, al parecer, había regresado al año siguiente que se fueron, enfermo de tuberculosis, de lo que murió el 30 de septiembre de 1922, a los 30 años de edad. Estaba casado y dejó un hijo con su mismo nombre.

Para 1930, Miguel ya vivía en el sector Juárez de la capital tapatía, con su madre doña Ignacia y con la familia de su hermana mayor María Luisa y el esposo de ésta, Sabino Godínez. Sin embargo, para 1931, se había mudado a Nogales, Sonora, en donde contrajo un nuevo matrimonio con la señorita Flavia Traslaviña.


Miguel, con su segunda esposa, Flavia Traslaviña


Tiempo después, con su nueva esposa, regresó a Guadalajara, en donde trabajó como gerente de una distribuidora de películas. Sus hijos lo buscaron cuando Miguel ya tenía una edad avanzada y se volvieron a reunir con él.

Es incierto lo que sucedió con Flavia Traslaviña, pero al momento de la muerte de Miguel, el 16 de junio de 1963, éste estaba casado con Soledad Hernández, con quien aparece en algunas de sus últimas fotografías.

Miguel y su hijo Óscar Mario


GENEALOGÍA DE MIGUEL HERNÁNDEZ MALDONADO

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