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  • Foto del escritorJesús Ibarra

El tatarabuelo promiscuo

Actualizado: 30 jun 2020

Mi tatarabuelo, Don Felipe Hernández Hoyos, nació en León, Guanajuato, alrededor de 1860. Sus padres fueron don Miguel Hernández, oriundo de Irapuato, y doña Saturnina Hoyos, originaria de Silao. Sus padres se habían casado el año anterior a su nacimiento, el 28 de septiembre de 1859. La partida de matrimonio leía así:


En el año del Señor de mil ochocientos cincuenta y nueve, en 28 de septiembre, yo el presbítero Prudencio Castro, vicario en turno en esta Parroquia de la Ciudad de León, habiendo procedido todas las diligencias que manda el Santo Concilio de Trento, examinados de la doctrina, dispuestos sacramentalmente, no habiendo resultado impedimento, casé y velé según orden de nuestra Santa Madre Iglesia, por palabras de presente, al ciudadano DON MIGUEL HERNÁNDEZ, originario de Irapuato, y hace 10 años vecino de esta ciudad, hijo legítimo de DON ANTONIO HERNÁNDEZ y DOÑA JUANA RANGEL, con SATURNINA HOYOS, de esta ciudad, hija legítima de DON GREGORIO HOYOS y CARMEN AGUIRRE. Fueron padrinos José de la Luz Hoyos y Dolores Hoyos, de esta ciudad.



El 21 de mayo de 1884, cuando tenía 26 años, don Felipe se casó en Guadalajara con Dolores Alatorre Zepeda, nacida en esta ciudad en 1864. El 21 de abril de 1885, tuvieron un hijo al que pusieron por nombre Jorge. Dolores murió de peritonitis, menos de un mes después del parto, el 9 de mayo de 1885. El niño murió exactamente un año después, a causa de una neumonía, justo en el aniversario luctuoso de su madre.

Unos meses después, el 21 de agosto de 1886, don Felipe se casó con una hermana mayor de su esposa muerta, Adelaida (o Adela) Alatorre, con quien tuvo otro hijo, que también se llamó Jorge, y que nació en 1887.



Aunque Adelaida fue su esposa legítima, don Felipe sólo tuvo un hijo con ella, Jorge; sin embargo tuvo ocho hijos con otras mujeres: con Ignacia Maldonado Ramírez tuvo tres hijos: Germán (nacido en 1891), María Luisa (nacida en 1892) y Miguel (mi bisabuelo, nacido en 1898); con María Machain Partida tuvo a Mario (nacido en 1898); y con Petra López de Mendoza tuvo a Marina (Nina, nacida en 1898), Voltaire (Nane, nacido en 1901), Ofelia (Pella, nacida en 1905), y Felicidad (Chalá, nacida en 1907).

Cuenta una anécdota que una vez iba caminando por el centro de Guadalajara con algunos de sus hijos, cuando se encontró con otros hijos; tranquilamente los presentó: “Mis hijos” y siguió su camino con los que iban con él; por supuesto tanto unos como los otros creyeron que se refería a ellos al decir “mis hijos”.

Otra anécdota cuenta que un día llegó don Felipe a casa de doña Petrita, la última de sus mujeres, con un bebé en brazos, con la historia que el niño era “hijo de su compadre”, y que la madre no tenía leche para amamantarlo. Doña Petrita estaba dando pecho a alguno de sus hijos y accedió también a amamantar al otro bebé. Analizando las fechas de nacimiento de todos sus hijos, se podría pensar que esto sucedió a finales de 1898, cuando doña Petrita amamantaba a su hija mayor Marina, nacida en el 26 de noviembre de ese año y que el bebé que llevó don Felipe se trataba de su hijo Miguel, que había tenido con doña Ignacia Maldonado, nacido el 4 octubre de 1898.

Al paso del tiempo, Don Felipe tuvo la virtud de hacer que todos sus hijos se vieran como verdaderos hermanos, aunque no fueran hijos de la misma madre, y prueba de ello es esta foto, en donde sólo falta Jorge, su único hijo nacido dentro del matrimonio.



Por una carta que don Felipe escribió a su hija Ofelia (Pella o Pellita), nos percatamos de que era diabético, y que, a pesar de lo promiscuo, era un padre cariñoso. En ella menciona a algunos de sus hijos y yernos. Por lo que refiere la carta, suponemos que Pella había viajado con su madre, doña Petrita, a Sonora, en donde vivía su hermana Marina, casada con Vicente Rodríguez Castanedo (que era militar), así como el tío Miguel, hermano menor de don Felipe:


Guadalajara, 3 de mayo de 1928.

Mi querida hijita Pellita:

Recibí tus gratas cartitas de fechas 28 i [sic] 30 de abril próximo pasado, las que tengo el gusto de contestar i por las que me enteré de que llegaron bien y de que el sábado llevaron a tu mamá con el doctor, así como de todo lo que me dices con respecto a la curación, la cual consideran que será de quince días.

Me enteré de la nota de los gastos i tan luego como me entreguen los otros cien pesos, te los remitiré.

Procura hacer lo posible por que te cures de tu estómago pues no es conveniente que dejes prosperar esa enfermedad.

Yo, el día que me comenzaron a inyectar tenía 42 gramos y 80 centigramos de glucosa por cada mil gramos i el día primero de este mes, que fue cuando iban a medias las inyecciones, sólo tenía 20 gramos de glucosa por mil de orina, así es que rebajó a menos de la mitad, por lo que considero que estoy muy aliviado i tengo esperanzas de estar mejor mañana que terminarán las inyecciones. Luego daré cuenta al laboratorio para ver que me dicen.

Quedo enterado de que viste a Mario [su hijo], salúdamelo.

Ayer por la tarde estuvieron aquí Chalá e Isidro [su hija Felicidad y su esposo]. Están bien.

Muchos besos para ti i otros tantos para Marinita [su hija] i mis recuerdos para Vicente [esposo de Marina].

Si ves a mi hermano Miguel, salúdamelo muy cariñosamente, lo mismo que a sus hijas.

Le pido a Dios que los bendiga i te mando en estas líneas todo mi cariño.

Felipe.

Don Felipe y su hija Pella


Don Felipe se describía a sí mismo de la siguiente manera:


¿Quién escribió esto?... Un sujeto más, sin relieve ni condiciones, que desconoce la amargura y el desaliento, consecuencia natural de no haber sido nunca un sentimental ni un pasional, y que antepuso siempre el cerebro al corazón. Se asomó a la vida, eso sí, con todos los ojos, y se movilizó activamente como parte de la farsa eterna y satisfizo su curiosidad ya innata en él, y con esa serenidad que da la conciencia de los sentidos, sin comprometer los sentimientos. ¿Errores en la vida? Si, grandes y bastantes para desquiciar a cualquiera, pero también supo de la urgencia para salir lo mejor librado posible.

Este sujeto espera suprema bondad para con él de aquellas personas a quienes males causó, porque esa bondad ayuda a ministrarla Dios, con la piedad hacia los que han hecho mal y se arrepienten de corazón.

Para este hombre que desea servir a los demás, el acto más trascendental de la creación, ha sido la Crucifixión del Señor. F. Hernández.



Adelaida, la esposa legítima de don Felipe, murió en 1925. Don Felipe le sobrevivió hasta 1932. Al momento de su muerte, el 19 de octubre, con más de setenta años de edad, vivía con otra mujer, María Mora Núñez, en la calle de Maestranza, número 68. En cuanto a sus mujeres, Doña Ignacia Maldonado murió en 1955, a los 94 años de edad; doña María Machain murió en 1963 a los 91 años y doña Petrita López de Mendoza murió en 1953, a los 74.


GENEALOGÍA DE FELIPE HERNÁNDEZ HOYOS

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