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  • Foto del escritorJesús Ibarra

En busca de Óscar Mario

Actualizado: 2 ene 2021


Óscar Mario Hernández Rodríguez (1919-1976)

Cuando yo tenía como siete u ocho años de edad, me preguntaba, con mi razonamiento infantil, la razón por la cual mi segundo apellido – y por lo tanto el apellido de mi mamá – era Hernández, cuando aquel al que yo conocía como abuelo materno y esposo de mi abuela Sara (“Tata”), era el doctor Francisco Elizarraraz.

Descubrí la razón cuando, estando en tercero de primaria, tuve que llevar a la escuela mi acta de nacimiento. Ahí decía que mi abuelo materno se llamaba Óscar Mario Hernández Rodríguez, “cuyo domicilio se ignora”, se podía leer en el acta. Mi mamá me explicó que “Pancho”, como yo le decía al que creía mi abuelo, no era en realidad mi abuelo. Me dijo que Tata se había divorciado de Óscar Mario siendo ella muy pequeña. Algún tiempo después, no recuerdo en qué momento, tuve oportunidad de ver el acta de nacimiento de mi mamá, en donde pude averiguar un poco más de Óscar Mario.


Vivía con Tata en el Pasaje Yucatán 19; su padre, Miguel Hernández, ya había muerto cuando mi mamá nació y su madre se llamaba María Luisa Rodríguez y vivía en la calle de Uruguay 144. Pero, ¿qué había sucedido con él? ¿Por qué se había separado de Tata? Ella era hermética al respecto. No platicaba nada; lo único que contó, con el tiempo, fue que había dejado a Óscar Mario porque era un desobligado, porque “no le daba ni para los pañales de mi mamá”. Contaba también que su suegra, María Luisa, era muy dominante y que su hermana, la tía Lolo, era quién mantenía a la familia y que era una mujer de gran tamaño y también con carácter muy fuerte. Me llegó a decir que un día Óscar Mario se había llevado a mi mamá de la escuela y ella había “corrido desesperada por las calles en busca de su hija”; que logró recuperarla cuando un tal licenciado Facha la había ayudado en el caso. Después… nada… Óscar Mario estaba envuelto en el misterio. Supimos que cuando mi mamá se casó con mi papá, Óscar Mario, quien seguramente vio la nota en el periódico, había llamado a mi abuela paterna, intentando acercarse a su hija. Pero Tata Emma, como llamaba yo a mi abuela paterna, le había dicho que ella no tenía ninguna injerencia en el asunto, que hablara con Tata.

Siempre me intrigó la figura de Óscar Mario. Debo de haber tenido unos doce años, cuando me puse a buscar en el directorio telefónico el nombre de Óscar Mario Hernández Rodríguez… había como treinta. Llamé a uno que me latió que podía ser mi abuelo… contestó una mujer, pero me dio pena y colgué. Sólo había una foto de Óscar Mario, la de su boda con Tata. Además, mi mamá tenía una foto en donde estaba ella, de pequeña, como de cuatro años, con otra niña de la misma edad, que, según le había dicho Tata, era parienta de su papá.


La única foto que teníamos de mi abuelo, en su boda con mi abuela.


Mi mamá, Sara María Hernández Arellano (derecha) y la niña misteriosa (izquierda), María Luisa Hernández Malda.


Pasarían muchos años antes de que volviéramos a tener una referencia de Óscar Mario. Mi mamá tenía una amiga, Martha Petipierre, que bailaba ballet. Un día viendo algunas fotos de Martha cuando tomaba clases de ballet de pequeña, mi mamá reconoció en una de las fotos a la niña de la fotografía que ella tenía.

- Martha, yo tengo una fotografía en donde estoy con esta niña, ¿quién es? – preguntó mi mamá.

- Se llama María Luisa Hernández, – respondió Martha – aún la sigo viendo.

Mi mamá supo de inmediato que se trataba de la parienta de su papá. Martha Petipierre la presentó con María Luisa, quien le dijo que Óscar Mario ya había muerto, y que había sido su primo hermano, pero mucho mayor que ella. Ambas recordaron entonces que Óscar Mario las llevaba a las dos a pasear los domingos a Chapultepec y que seguramente esa foto se la habían tomado en alguno de esos paseos. María Luisa le regaló una foto en donde estaban Óscar Mario, ya como un hombre maduro, con su padre Miguel, ya anciano, una mujer con sombrero, y un joven, cuyos nombres María Luisa no recordaba. Aquí surgía una nueva interrogante. Si cuando mi mamá nació, el padre de Óscar Mario ya había muerto, ¿cómo es que ahora aparecía una foto de Óscar maduro, con su padre anciano? Quizás María Luisa se confundió y ese anciano no era el padre de Óscar Mario, concluí.


Óscar Mario, la mujer misteriosa (su prima Silvia Hernández García), su padre Miguel Hernández y el joven misterioso (su primo Felipe Gómez Hernández).


Con la aparición en línea del sitio genealógico Family Search, mi curiosidad por saber más de Óscar Mario aumentó. Encontré el acta civil de matrimonio de Óscar Mario y Tata. Acudí a la Iglesia de la Profesa, en donde Tata nos había contado que se habían casado. De La Profesa me mandaron al Sagrario Metropolitano de la Catedral de la Ciudad de México, en donde archivaban las partidas. Ahí me entregaron un certificado en donde decía que se habían casado en la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, que se ubica atrás de Catedral. Nueva confusión; ¿por qué Tata había dicho que se casaron en La Profesa y ahora resultaba que se habían casado en Nuestra Señora del Pilar? Resultó ser falso; días después encontré la partida original de matrimonio en Family Search. Tata había dicho la verdad; se casaron el 25 de octubre de 1941, en La Profesa. Los del Sagrario Metropolitano se equivocaron y pusieron los datos de la partida subsecuente.



La boda de mis abuelos Óscar Mario Hernández y Sara Arellano,, 25 de octubre de 1941, en La Profesa. Junto a Óscar, mis bisabuelas María Luisa (sombrero negro) y Lola (sombrero blanco). El niño frente a Óscar es su primo Mario Hernández Malda y a la derecha está su prima Tere Dávila Rodríguez.


Encontré el acta de matrimonio de sus padres, Miguel Hernández Maldonado y María Luisa Rodríguez Castanedo, y las actas de nacimiento de Óscar Mario y de su único hermano, Jorge, menor que él. También localicé la partida de matrimonio de Jorge, que se había casado con Guillermina Bujeiro.

Pedí a mi mamá que llamara a María Luisa para ver si podíamos visitarla para ver qué más nos podía contar de Óscar Mario. Pero a quien contactamos fue al hermano de María Luisa, Mario Hernández Malda, quien nos contó la historia completa. El tío Mario nos dijo, entre muchas otras cosas, que el nombre de la esposa de mi tío Jorge, hermano de mi abuelo, era Marcela Bujeiro. Coincidía el apellido, pero no el nombre, con el acta que yo había localizado. Nueva interrogante: ¿la esposa del tío Jorge era Marcela o Guillermina? El apellido, forzosamente, era Bujeiro, así es que, si hubiesen tenido hijos, éstos deberían de apellidarse Hernández Bujeiro.



Jorge, hermano de Óscar Mario y su esposa Guillermina (la tía Marce)


A veces las redes sociales sirven para cosas de mucho provecho. Busqué en Facebook los apellidos Hernández Bujeiro y me apareció una sola opción: “Marcela Hernández Bujeiro”. Mucha coincidencia. Quizás el tío Mario estaba equivocado y quien se llamaba Marcela, no era la esposa, sino la hija. Contacté a Marcela Hernández Bujeiro y efectivamente, ella era la hija del tío Jorge.

El tío Jorge ya había muerto, pero su esposa Guillermina aún vivía. Marcela nos puso en contacto con su mamá y fuimos a visitarla. Se resolvió el misterio del nombre. Ella era mucho más joven que el tío Jorge, a quien le encantaba el nombre de Marcela y cuando se hicieron novios, siempre le dijo Marcela. Desde entonces, todo el mundo la conoció como Marcela, y pocos saben que se llama en realidad Guillermina. El tío Mario tenía razón. La tía Marce nos contó otra parte de la historia, complementando lo que nos había contado el tío Mario. Incluso me regaló un viejo álbum de fotografías, que habían sido de la bisabuela María Luisa y de la famosa tía Lolo.

A través del tío Mario, contacté vía correo electrónico, a otro primo suyo y de mi abuelo, el tío Felipe Gómez Hernández. Era el tío Felipe el joven de la fotografía que María Luisa le había regalado a mi mamá. El tío Felipe vive en San Luis Potosí, así es que fuimos a esa ciudad a visitarlo. Además de darme muchas fotografías más, pero ahora del lado Hernández, el tío Felipe terminó por redondear la historia de mi abuelo:

Óscar Mario Hernández Rodríguez nació el 11 de marzo de 1919, en la ciudad de México. Su padres, Miguel Hernández Maldonado y María Luisa Rodríguez Castanedo, se habían casado el 29 de julio de 1918, en Guadalajara, de donde Miguel era originario. María Luisa era originaria de Juchipila, Zacatecas.

El padre de Miguel, don Felipe Hernández Hoyos, había tenido cinco mujeres, una de las cuales, doña Nachita Maldonado, era la madre de Miguel; otra, doña María Machain, era la abuela del tío Mario y otra más, doña Petrita López de Mendoza, era la abuela del tío Felipe. Había tenido en total diez hijos, de las cinco mujeres (ver El tatarabuelo promiscuo).

El abuelo de María Luisa, don Brígido Rodríguez de Aro, había sido jefe político de Juchipila y había defendido el pueblo de los ataques del ejército conservador durante la Guerra de Reforma. Los padres de María Luisa, el abogado don Joaquín Rodríguez Zárate y doña Refugio Castanedo Morán, originarios de Juchipila, se habían mudado a Guadalajara, a inicios del siglo XX. Había tenido varios hermanos varones, que habían muerto jóvenes, excepto Vicente, el menor, quien se había casado con Marina, una de las medias hermanas de Miguel. Tenía también dos hermanas menores: Dolores (la famosa Tía Lolo) y Refugio.


Miguel Hernández y María Luisa Rodríguez, padres de Óscar Mario


Miguel y María Luisa se establecieron en la Ciudad de México, en la calle de Uruguay 144. Año y medio después del nacimiento de Óscar Mario, nació Jorge, el 10 de octubre de 1920. El matrimonio no era feliz. María Luisa, once años mayor que Miguel, tenía un carácter muy difícil y reñía constantemente a su joven y apuesto marido. Dos meses después del nacimiento de Jorge, el 8 de diciembre de 1920, Miguel salió por el pan y nunca regresó (ver El bisabuelo que fue por el pan y nunca regresó). El bisabuelo Miguel no estaba muerto cuando nació mi mamá; estaba sólo desaparecido. Seguramente la bisabuela María Luisa no quería volver a saber nada de él.


María Luisa con sus hijos Óscar Mario y Jorge


Jorge y Óscar Mario


Al quedarse sola con sus hijos, María Luisa llevó a su hermana Lola a vivir con ella. Lola era enfermera militar y recibía un salario del ejército, por lo que ella se hizo cargo de su hermana y de sus sobrinos; como era la figura masculina en la familia, sus sobrinos la empezaron a llamar ¨Tía Lolo”. La hermana menor, Refugio (Cuca), se había casado con Rafael Alfonso Dávila Águila, y su matrimonio no corrió con mejor suerte que el de su hermana.


La tía Lolo (Dolores Rodríguez Castenedo)


Al crecer, Óscar Mario entró a trabajar al Departamento de Agricultura. Tenía apenas 22 años cuando se casó con Tata, que tenía 21. Fue muy cercano a su primo Mario, hijo de su tío Mario Hernández Machain, medio hermano de Miguel, que, de alguna manera, se mantuvo cercano a sus sobrinos. De hecho, el tío Mario aparece de niño en la foto de boda de Tata y Óscar Mario.

Óscar Mario, ya siendo adulto, buscó a su padre en Guadalajara y entonces entró en contacto con la familia Hernández, entre ellos, su primo Felipe, hijo de la media hermana de su padre, Ofelia Hernández López de Mendoza, aunque el tío Felipe asegura que no convivió mucho con Óscar Mario, sino más bien con Miguel. La dama sombrero de la fotografía, cuya identidad aún no conocíamos, la aclaró el tío Felipe: se trataba de Silvia Hernández García, hija de Jorge Hernández Alatorre, otro de los medios hermanos del bisabuelo Miguel.


Óscar Mario y su prima Tere Dávila Rodríguez


Óscar Mario


Por el lado de los Rodríguez, Óscar Mario estuvo muy unido a su prima Tere Dávila Rodríguez, hija de la tía Cuca, quien casó con Francisco Moncada Navarro. Su hija Susana ha sido también proveedora de fotografías.

Tanto el tío Mario, como la tía Marce, coinciden en que nunca dejó de trabajar y que no era un desobligado. ¿Por qué Tata decía lo contrario? Es un secreto que se fue con ella. Ambos coinciden también en que siempre extrañó mucho a su hija, y se lamentaba no poder verla. Susana Moncada nos regaló un recorte del anuncio de boda de mi mamá, que Óscar Mario guardó hasta su muerte. Nunca volvió a casarse. En los últimos años tuvo una pareja, llamada Lucía García Gómez, quien al parecer tenía cáncer. Óscar Mario murió de un infarto el 1 de mayo de 1976. Se encontraba sólo en su casa de la calle Retorno 39-4, en la colonia Jardín Balbuena. Murió quizás por el tiempo en que yo trataba de hablar por teléfono a todos los Óscar Mario Hernández Rodríguez que había en el directorio telefónico.

Óscar Mario, durante su trabajo en el Departamento de Agricultura, en una visita a los niños tarahumaras.


Genealogía de Óscar Mario Hernández Rodríguez

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